illuminatimasoniko
2009-11-05 20:30:23 UTC
El Q:. H:.Sigmund Freud, miembro distinguido de la Francmasonería
Judía B'nai B'rith
La Francmasonería judaica, conocida como hijos de la Alianza o B'Naï
B'Rith, ha contado con personalidades muy relevantes en muchos campos
del saber y la política . Entre ellos destacan en el siglo XX Albert
Einstein, creador de la teoría de la relatividad y el doctor Sigmund
Freud, conocido por su método del psicoanálisis.
Freud perteneció a la masonería judaica desde el año 1895, aunque no
lo hizo público hasta su LXX cumpleaños, con un discurso leído en su
nombre ante la sede del B'Naï B'Rith.Su relación con esta organización
estuvo muy marcada después de la publicación de sus investigaciones.
Esta publicación provocó que todos sus amigos y colegas le
abandonaran, de esta manera Freud solo encontró refugio con sus
compañeros de hermandad. Freud era ajeno a toda religión, aunque se
reconocía judío. Los miembros de la logia de Viena fueron los que
organizaron un auditorio en el que Freud expuso sus teorías con un
éxito que no había tenido hasta entonces.
Cuando la persona y la doctrina de Freud cayeron en pleno descrédito
en los medios y ambientes científicos de Viena el B'Naï B'Rith fue el
que movió los hilos para defenderle y lograr el renacimiento de su
prestigio como psicólogo. Esta es solo la primera de las veces en las
cuales iremos viendo como los organizaciones de origen masónico apoyan
totalmente a sus miembros para que alcancen sus objetivos, el llamado
principio de fraternidad.
Esta adhesión a la masonería judaica se entrelaza con la configuración
definitiva del sionismo, al que Freud se adhirió inmediatamente, y al
que están adheridos hoy en día todos los judíos relacionados con las
altas finanzas.
Sigmund Freud, inventor del discutido pero difundidísimo
psicoanálisis.
Sigmund Freud (1856-1939) nació en una familia judía de Freiberg
(Moravia), pero a los cuatro años fue con su familia a Viena donde
hizo sus estudios y realizó la mayor parte de su actividad
profesional. Estudió durante algún tiempo en París bajo la dirección
del célebre doctor Charcot. Investigó los fenómenos relacionados con
la histeria y la utilización del hipnotismo que luego abandonó por el
psicoanálisis propiamente tal, que relacionaba la esencia de las
neurosis y su curación con los impulsos sexuales enmascarados,
reprimidos o sublimados. La nueva terapéutica, que luego se convirtió
en doctrina aplicable a campos ajenos a la psicología, alcanzó un
éxito resonante en todo el mundo, aunque los principales discípulos de
Freud, Jung y Adler, le abandonaron para crear sus propias escuelas.
Al tomar los nazis el poder en Viena en 1938, Freud huyó a Londres.
No es éste el lugar para discutir las muy discutibles teorías y
técnicas de Freud, sino para recordar la relación del psicólogo con el
B'nai B'rith, que analiza luminosamente Emmanuel Ratier en su citado
libro. En un discurso leído en su nombre ante el B'nai B'rith de Viena
con motivo de su LXX cumpleaños, Freud revela su iniciación en la
Masonería judaica poco después del año 1895, cuando a partir de la
publicación de sus investigaciones, que desembocarían en el
psicoanálisis, todos sus amigos y colegas le abandonaron y sólo
encontró una cálida acogida y comprensión entre los miembros de la
hermandad. Se reconoce judío, aunque ajeno a toda religión y recuerda
que fueron los miembros de su logia los que formaron su primer
auditorio, ante el que expuso sus revolucionarias ideas con éxito
insospechado. Cuando la persona y la doctrina de Freud cayeron en
pleno descrédito en los medios médico-científicos de Viena, sus
hermanos del B'nai B'rith se encargaron de defenderle y lograron el
renacimiento de su prestigio como psicólogo. Poco antes había nacido
con su configuración definitiva el sionismo, al que Freud dio
inmediatamente su adhesión. Muy aficionado de siempre al ocultismo y
la magia estudió a fondo la tradición de la Cabala judía incluso en
sus aspectos místicos y no es difícil encontrar rasgos cabalísticos en
la investigación y en la doctrina freudiana, aunque completamente
secularizados. El primer discurso de Freud ante su logia de Viena
versó precisamente sobre «la llave de los sueños» que es un tópico de
la Cabala. Además de este rasgo existen varios elementos de la
tradición judía en las entrañas del psicoanálisis. Los principales
discípulos de Freud, con la excepción de Jung, eran judíos. Ello no
significa que el psicoanálisis sea en exclusiva un saber judío, pero
sí es cierto que no puede entenderse sin tener en cuenta sus elementos
y sus raíces judaicas.
Dado el secretismo que parece congénito en la hermandad Francmasónica
de los Hijos de la Alianza, estos datos que acabamos de ofrecer y que
creemos comprobados constituirán seguramente una sorpresa notable
incluso para muchos masones .
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
Judía B'nai B'rith
La Francmasonería judaica, conocida como hijos de la Alianza o B'Naï
B'Rith, ha contado con personalidades muy relevantes en muchos campos
del saber y la política . Entre ellos destacan en el siglo XX Albert
Einstein, creador de la teoría de la relatividad y el doctor Sigmund
Freud, conocido por su método del psicoanálisis.
Freud perteneció a la masonería judaica desde el año 1895, aunque no
lo hizo público hasta su LXX cumpleaños, con un discurso leído en su
nombre ante la sede del B'Naï B'Rith.Su relación con esta organización
estuvo muy marcada después de la publicación de sus investigaciones.
Esta publicación provocó que todos sus amigos y colegas le
abandonaran, de esta manera Freud solo encontró refugio con sus
compañeros de hermandad. Freud era ajeno a toda religión, aunque se
reconocía judío. Los miembros de la logia de Viena fueron los que
organizaron un auditorio en el que Freud expuso sus teorías con un
éxito que no había tenido hasta entonces.
Cuando la persona y la doctrina de Freud cayeron en pleno descrédito
en los medios y ambientes científicos de Viena el B'Naï B'Rith fue el
que movió los hilos para defenderle y lograr el renacimiento de su
prestigio como psicólogo. Esta es solo la primera de las veces en las
cuales iremos viendo como los organizaciones de origen masónico apoyan
totalmente a sus miembros para que alcancen sus objetivos, el llamado
principio de fraternidad.
Esta adhesión a la masonería judaica se entrelaza con la configuración
definitiva del sionismo, al que Freud se adhirió inmediatamente, y al
que están adheridos hoy en día todos los judíos relacionados con las
altas finanzas.
Sigmund Freud, inventor del discutido pero difundidísimo
psicoanálisis.
Sigmund Freud (1856-1939) nació en una familia judía de Freiberg
(Moravia), pero a los cuatro años fue con su familia a Viena donde
hizo sus estudios y realizó la mayor parte de su actividad
profesional. Estudió durante algún tiempo en París bajo la dirección
del célebre doctor Charcot. Investigó los fenómenos relacionados con
la histeria y la utilización del hipnotismo que luego abandonó por el
psicoanálisis propiamente tal, que relacionaba la esencia de las
neurosis y su curación con los impulsos sexuales enmascarados,
reprimidos o sublimados. La nueva terapéutica, que luego se convirtió
en doctrina aplicable a campos ajenos a la psicología, alcanzó un
éxito resonante en todo el mundo, aunque los principales discípulos de
Freud, Jung y Adler, le abandonaron para crear sus propias escuelas.
Al tomar los nazis el poder en Viena en 1938, Freud huyó a Londres.
No es éste el lugar para discutir las muy discutibles teorías y
técnicas de Freud, sino para recordar la relación del psicólogo con el
B'nai B'rith, que analiza luminosamente Emmanuel Ratier en su citado
libro. En un discurso leído en su nombre ante el B'nai B'rith de Viena
con motivo de su LXX cumpleaños, Freud revela su iniciación en la
Masonería judaica poco después del año 1895, cuando a partir de la
publicación de sus investigaciones, que desembocarían en el
psicoanálisis, todos sus amigos y colegas le abandonaron y sólo
encontró una cálida acogida y comprensión entre los miembros de la
hermandad. Se reconoce judío, aunque ajeno a toda religión y recuerda
que fueron los miembros de su logia los que formaron su primer
auditorio, ante el que expuso sus revolucionarias ideas con éxito
insospechado. Cuando la persona y la doctrina de Freud cayeron en
pleno descrédito en los medios médico-científicos de Viena, sus
hermanos del B'nai B'rith se encargaron de defenderle y lograron el
renacimiento de su prestigio como psicólogo. Poco antes había nacido
con su configuración definitiva el sionismo, al que Freud dio
inmediatamente su adhesión. Muy aficionado de siempre al ocultismo y
la magia estudió a fondo la tradición de la Cabala judía incluso en
sus aspectos místicos y no es difícil encontrar rasgos cabalísticos en
la investigación y en la doctrina freudiana, aunque completamente
secularizados. El primer discurso de Freud ante su logia de Viena
versó precisamente sobre «la llave de los sueños» que es un tópico de
la Cabala. Además de este rasgo existen varios elementos de la
tradición judía en las entrañas del psicoanálisis. Los principales
discípulos de Freud, con la excepción de Jung, eran judíos. Ello no
significa que el psicoanálisis sea en exclusiva un saber judío, pero
sí es cierto que no puede entenderse sin tener en cuenta sus elementos
y sus raíces judaicas.
Dado el secretismo que parece congénito en la hermandad Francmasónica
de los Hijos de la Alianza, estos datos que acabamos de ofrecer y que
creemos comprobados constituirán seguramente una sorpresa notable
incluso para muchos masones .
http://groups.google.com/group/secreto-masonico